DÍA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES

1 - febrero - 2008

La Dirección de Educación Ambiental de la Secretaria de Ecología y Medio Ambiente de la Municipalidad de Puerto Madryn invita a la comunidad en general a participar de la conferencia “Humedales de Península Valdés de importancia para aves playeras, a cargo del Dr. Luis Bala (CONICET-Centro Nacional Patagónico) a realizarse en el Salón de Intendencia, sito en Belgrano 240, el día de mañana, sábado 2 de Febrero, a las 19:00 horas..
El día 2 de febrero ha sido declarado “Día mundial de los humedales”. Esta fecha, pero del año 1971 nace la Convención sobre los Humedales, que es un tratado intergubernamental aprobado en la ciudad iraní de Ramsar, situada en la costa meridional del Mar Caspio. Por tanto, si bien el nombre de la Convención suele escribirse «Convención sobre los Humedales», ha pasado a conocerse comúnmente como la «Convención de Ramsar». Con los años, la Conferencia de las Partes Contratantes (el principal órgano decisorio de la Convención, integrado por delegados de todos los Estados miembros), ha desarrollado e interpretado los principios básicos del texto del tratado y ha conseguido mantener la labor de la Convención a la par con la evolución de las percepciones, prioridades y tendencias del pensamiento ambiental.

DÍA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES

29 - enero - 2008

La Dirección de Educación Ambiental de la Secretaria de Ecología y Medio Ambiente de la Municipalidad de Puerto madryn invita a la comunidad en general a participar de la conferencia “Humedales de Península Valdés de importancia para aves playeras, a cargo del Dr. Luis Bala (CONICET-Centro Nacional Patagónico) a realizarse en el Salón de Intendencia, sito en Belgrano 240, el día sábado 2 de Febrero a las 19:00 horas..
El día 2 de febrero ha sido declarado “Día mundial de los humedales”. Esta fecha, pero del año 1971 nace la Convención sobre los Humedales, que es un tratado intergubernamental aprobado en la ciudad iraní de Ramsar, situada en la costa meridional del Mar Caspio. Por tanto, si bien el nombre de la Convención suele escribirse «Convención sobre los Humedales», ha pasado a conocerse comúnmente como la «Convención de Ramsar». Con los años, la Conferencia de las Partes Contratantes (el principal órgano decisorio de la Convención, integrado por delegados de todos los Estados miembros), ha desarrollado e interpretado los principios básicos del texto del tratado y ha conseguido mantener la labor de la Convención a la par con la evolución de las percepciones, prioridades y tendencias del pensamiento ambiental.
El nombre oficial del tratado -Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas- expresa su énfasis inicial en la conservación y el uso racional de los humedales sobre todo para proporcionar hábitat para aves acuáticas. Sin embargo, con los años, la Convención ha ampliado su alcance a fin de abarcar todos los aspectos de la conservación y el uso racional de los humedales, reconociendo que los humedales son ecosistemas extremadamente importantes para la conservación de la diversidad biológica en general y el bienestar de las comunidades humanas. Por este motivo, el uso cada vez más difundido de la versión abreviada del título del tratado, «Convención sobre los Humedales», es enteramente apropiado.
La Convención entró en vigor en 1975 y a la fecha cuenta con 154 Partes Contratantes y 1650 humedales, con una superficie total de 149,6 millones de hectáreas, designados para ser incluidos en la Lista de Humedales de Importancia Internacional de Ramsar.
La UNESCO sirve de depositaria de la Convención, y su administración ha sido confiada a la Secretaría de Ramsar , alojada en la sede de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza) en Gland, Suiza, bajo la autoridad de la Conferencia de las Partes y del Comité Permanente de la Convención.

LOS HUMEDALES
El término humedales se refiere a una amplia variedad de hábitats interiores, costeros y marinos que comparten una propiedad primordial: presencia de agua. Este elemento juega un rol fundamental en el ecosistema, determinando su estructura y funciones ecológicas.
Existen muchas definiciones del término humedales, pero la más utilizada es la establecida por la Convención de Ramsar, que los define en forma amplia como: «las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros».
Los humedales son sumamente ricos y productivos, y brindan numerosos servicios a la sociedad a través de sus recursos (agua, madera, peces, crustáceos), funciones (provisión de agua, regulación de inundaciones y sequías, prevención de intrusión de agua salada, protección contra fenómenos naturales, retención de sedimentos y nutrientes, remoción de tóxicos, estabilización de microclimas, retención de carbono, transporte, turismo) y atributos (banco genético por su gran diversidad biológica, importancia sociocultural y paisajística).
Tal como se entiende, los humedales pueden expresarse de diferentes formas: las lagunas situadas en la zona sur de nuestra ciudad y la de tratamientos de efluentes cloacales de la cota 130 son ejemplos de humedales; como asimismo el río Chubut o las lagunas temporarias que se forman con agua de lluvia. Contrastando con estos humedales continentales, también tenemos los marinos: los intermareales costeros, que son aquellos sectores de playa delimitados entre las pleamares y bajamares. Por lo tanto, técnicamente, existe un humedal continuo a lo largo de toda la costa argentina.
La costa argentina, desde Bahía Blanca hasta el Canal de Beagle, es uno de los segmentos costeros más largos y relativamente bien conservados del mundo. Se extiende por más de 3.500 km, mostrando una alta diversidad biológica, geológica y climática. Presentan una gran variedad de ambientes, incluyendo costas arenosas, de fango, de canto rodado, acantilados, estuarios, zonas pantanosas y marismas. En ellas hay grandes concentraciones de aves y mamíferos coloniales y varios sitios de relevancia internacional para el descanso y alimentación de aves migratorias.
Humedales y aves migratorias
El agua es fundamental para la vida y esto se magnifica en zonas áridas como la Patagonia. Comprobar esta afirmación es muy simple: una visita a la laguna de la calle San Martín, convertida en Área Natural Urbana Protegida (en Madryn) o la laguna del ornitólogo (en Trelew, no por casualidad así llamada) … nos demuestran que estos ambientes son verdaderos oasis para la vida, evidentes por la concentración de aves, entre muchas otras expresiones de la vida quizás indetectables para el ojo no entrenado.
Por su parte, en los intermareales marinos existen ciertas playas que se destacan por ser utilizados como parada regular por las aves migratorias. En estos sitios, el elemento fundamental para las aves resulta en la cantidad y calidad de alimento que estas playas ofrecen a las aves.
Un cierto número de especies de chorlos y playeros vuelan entre 30.000 y 35.000 kilómetros al año, al unir la tundra cercana al polo Norte (donde se reproducen) y la costa patagónica, donde pasan el verano austral. Más allá de las enormes distancias que recorren, estas especies se caracterizan por realizar vuelos de hasta 8.000 kilómetros sin escala. Por ello, en sus migraciones paran en muy pocos sitios. Pensemos, por ejemplo, que los playeros rojizos que vemos en Península Valdés vienen desde Tierra del Fuego y que, desde aquí, partirán sin escala hasta el sur de Brasil. Desde allí volarán hasta la costa este de EEUU, última parada previa para alcanzar el Ártico…
Estudios realizados por el Laboratorio “Humedales utilizados por aves playeras migratorias” del CENPAT han comprobado que en ciertas playas de la Península Valdés un individuo de playero rojizo llega a comer 7.000 almejas por día. En estas playas hemos llegado a ver bandadas de 6.000 playeros. Solamente ese día, entonces, se extraen más de 40 millones de almejas de una sola playa.
Estos sitios de parada son siempre los mismos y se denominan “cuellos de botella”. Allí se concentran simultáneamente miles de aves que requieren ambientes sanos y con alimento en calidad y cantidad óptimos.
Complejos procesos evolutivos han conducido a los playeros a depender de estos pocos humedales. Si falla un solo eslabón de esta cadena de cuellos de botella, la supervivencia de los playeros corre severos riesgos. Es nuestro deber conservar estos ambientes únicos y extraordinarios. Más información puede obtenerse en www.humedalesdelsur.com.ar