Por estos días, la ciudad se despide del verano con delicadeza para recibir al otoño; y una nueva estación significa, en estas tierras sureñas, una nueva aventura. Del 28 de marzo al 4 de abril, Semana Santa se proyecta como especial posibilidad para experimentar la magia de la naturaleza patagónica, para sentir que todavía estamos de vacaciones, es esa la premisa de la Secretaría de Turismo de la Municipalidad promocionando la ciudad para Semana Santa
Puerto Madryn, es la puerta de entrada a la maravillosa Península Valdés, aquel privilegiado sitio declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Puerto Madryn, sobre el mar Argentino, sobre el Océano Atlántico, y con la estirpe de sus colonos galeses, es la anfitriona ideal del sur: la intimidad de fauna única, exótica, y el pulso de una ciudad viva se fusionan y generan un sinfín de actividades. Ecoturismo, navegación a vela, paseos en catamarán, trekking, cabalgatas, turismo rural, mountain bike, fotografía, y experiencias gourmet forman la agenda perfecta durante este feriado.
NATURALEZA EN ACCIÓN
La naturaleza le dio su bendición de diferentes formas. En primer lugar, las lluvias son escasas durante todo el año y la temperatura media anual ronda los 14ºC, con máximas de 35ºC en verano y mínimas que descienden a los 5ºC en invierno. Este clima privilegiado es el llamado a las orcas, lobos y elefantes marinos, y a la mismísima ballena franca austral, quienes eligen esta zona como la única en el mundo para descansar o aparearse.
Es cierto que para ver las inmaculadas ballenas australes habrá que esperar hasta junio. Pero –y por suerte- quienes nunca fallan son los delfines. Puerto Madryn no deja de guiar a sus visitantes hasta las comunidades de estos animales. Los paseos náuticos (por la mañana y al mediodía) tienen un cien por ciento de efectividad. De la mano de guías expertos, las expediciones recorren la bahía hasta dar con grandes cardúmenes de alrededor de cien delfines oscuros (forman grupos de seis a 15 ejemplares, aunque durante las actividades de alimentación llegan a concentrarse más de 400 individuos).
A menos de una hora del muelle Piedra Buena, siguiendo el Boulevard Brown hacia el sudeste nace el acceso enripiado a la lobería. Luego de recorrer 14 kilómetros, se abre la reserva Punta Loma. Allí, un mirador sobre la barranca con vista al Golfo Nuevo es el mejor lugar desde donde observar el apostadero de lobos marinos de un pelo. Muy cerca, a tres kilómetros por camino de ripio, se extiende la playa de Cerro Avanzado. La fisonomía del lugar es la clave de su nombre: bardas de formación sedimentaria de millones de años de antigüedad conservan, entre sus estratos, los restos fósiles de ostras y vertebrados marinos. Al atardecer, cuando el vientito del sur todavía no aparece, no tiene precio la posibilidad de tomarse un tiempo en esta playa, para la contemplación, entre amigos o en pareja y, por qué no, en soledad.
Capital Nacional del Buceo, esta ciudad es la elegida por miles de fanáticos de la actividad. Sumergirse en sus aguas claras para dar curso a los tradicionales bautismos submarinos es un clásico. Así que, no será raro encontrarse a flamantes buzos de festejo en los paisajes y en los bares del lugar.
Durante todo el día se puede ver a los pescadores apostados con sus cañas a los costados del muelle, tras la suerte de un pejerrey. Algunos, desde enormes buques, otros, desde humildes y coloridas barcazas. Tal vez algunas conquistas terminen, al final del día, en el plato de los afortunados que puedan degustar una de las delicias de la zona.
LOS PIES SOBRE LA TIERRA
La naturaleza manda aquí, es cierto, pero no es todo. De hecho, Puerto Madryn se caracteriza por su vitalidad urbana. Con el pulso de una ciudad costera, cobija espacios para divertirse o distenderse. Los barcitos se suceden en la zona céntrica del lugar, y a su vez, la costanera se impone con variados restaurantes que extienden sus propuestas gourmet, a base de mariscos, peses y corderos; y algunas cenas-shows exclusivas.
Para recorrer a pie esta ciudad, el punto de partida podría ser Punta Cuevas, donde aún yacen ruinas del primer emplazamiento galés en la zona. Estas cuevas son las primeras viviendas de Puerto Madryn y unas de las más antiguas de la Patagonia entera (datan de 1865). En el centro de exposiciones del mismo nombre se exponen objetos colonos y se pregona la historia de las dos culturas que tiñen la ciudad entera: la aborigen y la galesa.
Para observar la ciudad entera basta con ir al monumento al Indio Tehuelche. Desde allí se ven las playas y los parques industrial y pesquero. Bajando por el Boulevard Brown se abre la zona residencial hasta llegar a la Avenida Roca. Pasar la tarde caminando esas calles es verdaderamente el pasaporte al relax.
A unas cuadras de allí, por la calle 28 de Julio hasta Mitre, aparece la Plaza Gral. San Martín y los vestigios de la arquitectura colona: edificios comunales, la Iglesia y otras antiguas edificaciones se suceden como una postal en sepia. En esa misma plaza se ubica el Paseo de los Artesanos, un clásico de los souvenirs.
De paseo plenamente por la ciudad, Puerto Madryn en Semana Santa contará con una nueva edición del Vía Crucis Submarino, el 26 de marzo. Con el Muelle de Cruceros Luís Piedra Buena de escenario, similares a los que se realizan en la superficie de cualquier parroquia local. Pero aquí, de las 14 estaciones, 12 son recorridas debajo del agua, en una trayectoria aproximada de 500 metros, mientras que las últimas dos se realizan en la superficie.
A la hora de la cita, las barandas del muelle estarán colmadas de fieles que podrán coronar la experiencia que llevarán a cabo los buzos. Un rato antes, el sacerdote más conocido del lugar, Juan Gabriel Arias, será transportado bajo el agua en una cápsula de acrílico.
La Feria de los Pescadores Artesanales también hace escala para esta fecha. El primer fin de semana de abril, un sinfín de productos frescos o elaborados desfila ante el ojo de los visitantes. Cholgas, vieras y todo tipo de mariscos extraídos de manera artesanal estarán al alcance de la mano.
