UNA CUESTIÓN DE CONCIENCIA

21 - diciembre - 2007

En los últimos días diferentes áreas de la Municipalidad de Puerto Madryn han intensificado en algunos casos e iniciado en otros una serie de tareas tendientes, en definitiva a lograr una mejora en la calidad de todos los que viven en la ciudad. Entre algunas de ellas la limpieza de minibasurales; incesantes viajes de camiones para el retiro de algas de la playa; limpieza y retiro de residuos de toda la zona costera; la incorporación de 20 promotores ambientales; el accionar de la Perrera Municipal; el contralor del uso de elementos de seguridad cuando se maneja un vehículo; son sólo algunas de ellas e indudablemente parte de la responsabilidad que le compete al Estado Municipal.
Sin embargo, aunque parezca una verdad evidente por sí misma; todas estas medidas resultan insuficientes si los propios vecinos de la ciudad no toman plena conciencia que mucho de lo que se realiza es como consecuencia del accionar individual de cada madrynense.
Cuando aún no han arribado en forma masiva turistas a Puerto Madryn, es lógico considerar que la proliferación de minibasurales; el aumento de los residuos en la zona costera (que ni siquiera son arrojados en los más de 300 tachos que el Municipio ha colocado en forma ostensible tanto por tamaño como color, desde Punta Cuevas hasta inmediaciones del Muelle Luis Piedra Buena); la alarmante cantidad de perros que aún circulan sueltos o sin el bozal correspondiente si se trata de animales potencialmente peligrosos; la falta de uso de cinturón de seguridad; entre tantas otras situaciones que se presentan a diario; son consecuencia directa del accionar de los madrynenses; vale decir; de nosotros mismos.
Si bien desde algunos sectores pretende plantearse toda esta variada gama de cuestiones que hacen al simple hecho de vivir en una sociedad y ser respetuoso de nuestro entorno y el derecho de nuestro vecino; como un deber exclusivo del Estado no resulta prudente pretender descargar responsabilidades propias en terceros y no asumir las que nos competen.
No se pretende negar la existencia de minibasurales; de residuos en la costa; de perros sueltos; de basura en muchos barrios; etc. etc. etc.; sino de no desconocer que alguien los genera. Se tarda más en limpiar un predio que ha sido utilizado por vecinos para tirar residuos en forma indebida que en volver a ensuciarlo y que el mismo sitio vuelva a ser utilizado como un basural. Y ello por citar sólo un ejemplo.
Lo señalado no significa en modo alguno que se elude la obligación que tiene el Estado porque, de hecho ocurre, se prosiguen desarrollando todas las tareas precitadas y las mismas continuarán en el tiempo ya que hacen a una mejora real en la calidad de vida de los madrynenses. No obstante mucho más fructífera sería esa labor si se comprendiese que algo de responsabilidad nos atañe en tanto que habitantes de la ciudad; asumir nuestro propio compromiso equivaldrá a eficientizar la calidad de los servicios y que todos vivamos mejor.
Ser respetuoso del entorno; depositar los residuos donde corresponde; circular respetando la legislación vigente; ser responsable de nuestras mascotas; son sólo parte de las decisiones que harán que exista una efectiva toma de conciencia, y si bien no nos transformará en mejores o perores personas, probablemente hagan que seamos mejores vecinos.
El Estado, la Sociedad son entes abstractos pero las decisiones y las acciones son individuales, personales y nos corresponden a nosotros mismos.